10 de mayo de 2019

Ineficiente modelo de gestión del agua (II)


Ineficiente modelo de gestión del agua (II)


La infraestructura tiene 50 años funcionando

03 de Mayo de 2019

Por Ramón Aguirre Díaz 


Se trata del servicio básico por excelencia, el que todos demandamos a diario y que resulta indispensable para una adecuada calidad de vida. Imposible no contar con agua potable, aun en cantidades mínimas, para atender las necesidades más apremiantes de consumo para la salud, la higiene, la alimentación… En nuestro país los indicadores son preocupantes: el servicio de agua “segura”, en cantidad, calidad y continuidad adecuadas, no alcanza ni al 50% de la población. Al suministro del agua con calidad deficiente se suma la contaminación en los almacenamientos domiciliarios.

El servicio de drenaje no está mejor, sólo 65% de la población descarga a sistemas formales, el resto lo hace a fosas sépticas, barrancas, arroyos o ríos. En materia de tratamiento la cobertura estimada es de 57%, pero más de la mitad de las plantas no funciona o no se operan y por ello prácticamente todos nuestros ríos se encuentran contaminados.

Sorprendentemente, siendo un sector básico para la vida, resolverlo no está dentro de las principales prioridades nacionales. Al parecer, los mexicanos ya nos hemos habituado a que así sea y vamos resolviendo los problemas con la compra de agua embotellada (78% de la población la consume), el servicio de agua con pipas y conformándonos con condiciones sanitarias que no son las necesarias en muchas zonas.

Los presupuestos federales de apoyo a la construcción de la infraestructura requerida para resolver estos problemas han caído precipitadamente con un irracional decremento del 72% realizado en la pasada administración federal, pasando de una inversión nacional, en 2016, por 12,510 millones de pesos, a 3,450 millones, en 2017; un recorte que se ha mantenido en 2018 y este 2019. En paralelo, dado el ineficaz modelo de gestión con el que funciona el sector, los organismos operadores se encuentran descapitalizados. En México existen cerca de 870 organismos encargados de la prestación de los servicios en las principales ciudades, en el resto del territorio se encuentran a cargo de los propios municipios. Estos 870 organismos prestan un servicio sin competencia, un monopolio que debería permitirles contar con finanzas sanas y ser autosuficientes, pero menos del 5% de estos se encuentra en esas circunstancias. El 95% de los organismos operadores tiene graves problemas económicos y no alcanzan siquiera a cubrir sus costos operativos. Imposible pensar en realizar inversiones en infraestructura. Pero más allá de las inadecuadas condiciones con las que actualmente funciona el sector agua, el acelerado deterioro de la infraestructura hidráulica se convierte en una amenaza que se hace más peligrosa, ya que las principales inversiones en nuestro país datan de las décadas de 1960 a 1980, y es por ello que la infraestructura tiene un promedio de 50 años funcionando, en su mayoría las 24 horas, por lo que técnicamente están por concluir su vida útil y requieren renovarse. ¿Cómo resolver todo lo anterior si los recursos son escasos, no hay suficiente subsidio y los organismos operadores son ineficientes y están descapitalizados? Sólo hay una respuesta: necesitamos cambiar el modelo de gestión con el que el país ha venido trabajando las últimas cuatro décadas y que claramente no funciona.

La Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados y la Conagua trabajan en la formulación de una nueva Ley General de Aguas. Se trata de una excelente oportunidad para implantar un nuevo modelo nacional de gestión que permita alcanzar la calidad de los servicios y las eficiencias que hasta hoy son una excepción en el país.

Fuente:
https://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/ineficiente-modelo-de-gestion-del-agua-ii/1310859

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