Canal de Castilla 2 |
EL CANAL DE CASTILLA, es uno de los proyectos más relevantes de ingeniería civil de la España Ilustrada, el objetivo principal de su construcción fue servir como vía fluvial de comunicación y transporte que solucionase el problema de aislamiento al que estaba sometida la meseta castellana y leonesa, debido a una orografía complicada y una deficiente y mal conservada red viaria, que dificultaba y hacía casi imposible el transporte de los excedentes agrarios de la región, cereales en su mayoría.
Aunque habían existido antecedentes de proyectos similares en los siglos XVI y XVII, no sería hasta mediados del siglo XVIII, cuando Fernando VI y su ministro más influyente, el Marqués de la Ensenada, empezaron a pensar en un ambicioso plan para desarrollar la economía de España, plan en el que tendría gran notabilidad las obras públicas relacionadas con la comunicación.
Es entonces cuando el Marqués de la Ensenada propone a Fernando VI la construcción de una red de caminos y canales de navegación pensados para Castilla, al ser, por entonces, la principal productora de cereales. Dos años más tarde, el ingeniero Antonio de Ulloa, presenta el “Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León” basado en otros trabajos previos del ingeniero francés Carlos Lemaur.1
El cauce del Canal tiene una sección trapezoidal, con una anchura y profundidad variable dependiendo de los tramos, entre 11 y 22 metros de anchura y 1,80 a 3 metros la profundidad.
Por sus aguas navegaron las barcazas, en un principio movidas por un sistema combinado de arrastre y vela, pero con el paso del tiempo sólo se mantuvo el arrastre mediante caballerías como fuerza motriz.
Para su construcción hubo que salvar un desnivel de 150 metros y poner en marcha la "ingeniería del transporte", por lo que se construyen una serie de elementos arquitectónicos capaces de salvar los desniveles propios de la fisonomía del terreno y facilitar de esa forma la "navegación". La Junta de Castilla y León, por Decreto de 13 de junio de 1991, declaró el Canal de Castilla Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico.
Por sus aguas navegaron las barcazas, en un principio movidas por un sistema combinado de arrastre y vela, pero con el paso del tiempo sólo se mantuvo el arrastre mediante caballerías como fuerza motriz.
Para su construcción hubo que salvar un desnivel de 150 metros y poner en marcha la "ingeniería del transporte", por lo que se construyen una serie de elementos arquitectónicos capaces de salvar los desniveles propios de la fisonomía del terreno y facilitar de esa forma la "navegación". La Junta de Castilla y León, por Decreto de 13 de junio de 1991, declaró el Canal de Castilla Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico.
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